El uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones ha sido una gran herramienta utilizada alrededor del mundo para la adquisición de habilidades, la construcción de capacidades y para otros propósitos ligados entretenimiento. No obstante, existen grandes oportunidades brindadas por estas tecnologías, también existen riesgos por su uso, que son potencializados ante la vulnerabilidad de ciertos grupos, como es el caso de niñas, niños y adolescentes.
De acuerdo con el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC), en el año 2022, las empresas prestadoras de servicios electrónicos enviaron un poco más de 32 millones de reportes relacionados con posible contenido de Material de Abuso Sexual Infantil, es decir un 9% más que los reportes presentados en el año 2021. Para el caso específico de México, durante el año 2022 se estableció una cifra total de 815.792 reportes asociados a este tipo de material, es decir un 4% más que los reportes para este país en 2021.
Ante esta realidad global y local, en la que cada vez más niñas, niños y adolescentes alrededor del mundo son víctimas de abusadores en línea, es fundamental trabajar de la mano de las autoridades, quienes a diario se enfrentan con casos que deben ser resueltos en cumplimiento de sus labores y del propósito superior de la niñez. En ese orden de ideas, es muy importante que sean estas autoridades quienes reciban capacitación continua que les permita contar con herramientas prácticas y conocimientos que agilicen los procesos investigativos y judiciales y permitan: identificar a las víctimas para restituir sus derechos y judicializar a los delincuentes que se encuentran detrás de estos materiales o que han decidido compartirlos o comercializarlos, poniendo en riesgo la vida e integridad de las personas menores de 18 años que aparecen en estos materiales.
La protección de niñas, niños y adolescentes es una responsabilidad de la sociedad, y estos espacios de conversación y entrenamiento son la representación de que las autoridades, la sociedad civil y la industria deben trabajar de la mano constantemente en aras de lograr resultados satisfactorios que redunden en el bienestar de las y los niños y adolescentes mexicanos y del mundo.
Desde ICMEC y TikTok esperamos poder seguir generando y acompañando este tipo de espacios de discusión en cumplimiento de nuestros propósitos superiores y favoreciendo el fortalecimiento de capacidades para la atención, prevención e investigación del Abuso y Explotación Sexual en línea y fuera de línea.
ICMEC es una organización no gubernamental con sede en Estados Unidos y representación den Australia, Brasil, Colombia, El Salvador, Filipinas, Guatemala, Honduras, India, Indonesia, Kenia, Portugal, Singapur y Tailandia. Desde su creación en 1999, ICMEC ha trabajado en más de 120 países alrededor del mundo empoderando a gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y a la industria con el ánimo de impulsar la búsqueda de niñas, niños y adolescentes desaparecidos, combatir la economía y mecánica de la explotación sexual infantil, abogar por cambios en la legislación, sistemas de protección y políticas públicas, y capacitar a los actores relevantes para prevenir y responder adecuadamente a la desaparición, abuso y explotación infantil.
“TikTok es una plataforma de entretenimiento para mayores de 13 años. Para nosotros, la seguridad es nuestra prioridad número uno, sobre todo cuando se trata de los jóvenes, por lo que constantemente desarrollamos herramientas y recursos para empoderar a nuestra comunidad y mantenerlos en un ambiente seguro y confiable. Es importante recordar que en TikTok está totalmente prohibido la creación y difusión de contenidos o actividades que pongan en riesgo la seguridad física y emocional de adolescentes y menores”, señaló Edgar Rodríguez, director de Asuntos Públicos de TikTok Latinoamérica. “Desde TikTok buscamos seguir colaborando con instituciones como ICMEC para juntos construir espacios digitales seguros para todos los jóvenes”, concluyó Edgar.